Tres destinos subestimados para unas vacaciones familiares


A menudo, el éxito de un destino turístico responde al capricho de las modas. Hay centros vacacionales que, por una u otra razón, quedan en un segundo plano. Y quizás eso sea uno de sus mayores atractivos, porque son capaces de ofrecer toda la nómina de servicios y posibilidades de ocio que los grandes nombres de la industria turística internacional y, a la par, tranquilidad y exclusividad en el servicio. Destinos que son una muy buena opción para los que buscan una atención de primera calidad lejos de la masificación de la que hacen gala otros complejos con mayor presencia mediática. Tres claros ejemplos son la cubana Viñales, Ixtapa en México y Viña del Mar en Chile.

El Valle de Viñales se encuentra en la costa norte de la isla de Cuba. A los pies de la Cordillera de Guaniguanico, este lugar es uno de los centros culturales y patrimoniales más importantes de la perla caribeña. Son famosas sus cuevas kársticas, donde aún pueden encontrarse restos de la cultura taína, su naturaleza imponente, sus paisajes agrícolas que hunden sus raícesen los primeros años de presencia europea en América, y su arquitectura colonial. La importancia del lugar como centro histórico y antropológico quedó reconocida por la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Viñales es, pues, un lugar ideal para viajeros inquietos que buscan algo especial cuando diseñan sus vacaciones. El punto fuerte de este lugar es la posibilidad de vivir intensamente la cultura local. A través de excursiones a pie o a caballo, el visitante puede conocer de primera mano la historia y el presente de la zona a través de su arqueología, su riquísimo patrimonio y la calidez de sus gentes. Las rutas por el valle incluyen visitas a plantaciones de tabaco y café, puntales de la colonización española de la isla. Si bien, la zona no cuenta con una oferta hotelera importante, existen gran cantidad de posibilidades de alojamiento. Quizás la más interesante es la de las casas particulares que permiten integrarse de manera más profunda en la cultura local y, de paso, saborear la más auténtica gastronomía criolla.

Pero más allá de las fortalezas que ofrece Viñales como destino cultural ideal para turistas activos, también cuenta con la cercanía de una costa sin explotar con playas de arenas blancas, aguas turquesas y exuberante vegetación sin los agobios de los principales complejos turísticos cubanos. Cayo Levisa es quizás el mejor ejemplo a sólo 50 kilómetros.

Ixtapa supone un cambio radical de registro. Este complejo vacacional de la costa pacífica de México, responde al estándar de sol y playa y ofrece la nómina tradicional de servicios de los grandes resorts: una magnífica planta alojativa; servicios de restauración y compras de primer nivel; grandes posibilidades de ocio para toda la familia; infraestructuras para la práctica deportes náuticos como la vela o el submarinismo y las espectaculares playas de la zona. Aún así, Ixtapa se escapa de las aglomeraciones de otras zonas turísticas del Pacífico mexicano. El plato fuerte de este destino ideal para familias son sus más de 30 kilómetros de playas paradisíacas. Para las familias, se recomiendan las de Zihuatanejo, La Madera y La Ropa. Estas tres opciones cuentan con servicio de vigilancia acreditado con el certificado de playas seguras ‘Blue Dolphin’, lo que las convierte en ideales para disfrutar relajadamente con niños. Además, la enorme riqueza biológica de la zona ha convertido a Ixtapa en una de las grandes mecas del buceo internacional. Para los más osados está la posibilidad de bajar a grandes profundidades, pero basta una inocua sesión de snorkeling para convertir cualquier baño en toda una aventura; muy buena idea para disfrutar del mar con los más pequeños de la casa.

Este antiguo pueblecito de pescadores se ha convertido en una de las mejores opciones para turistas exigentes. A los restaurantes, su puerto deportivo con más de 600 amarres, sus tiendas y posibilidades de ocio hay que sumar una notable oferta de Hoteles económicos en Ixtapa.

Viña del Mar es otra gran desconocida para el turismo internacional pese a ser el balneario preferido de los chilenos. Está claro que el gran atractivo de esta coqueta ciudad de vacaciones situada a apenas una hora en coche de la ciudad de Santiago es su litoral. Alterna grandes playas con pequeñas calas íntimas donde se pueden pasar horas sin compartir espacio con otros bañistas. Pero aún hay más. Viña, como la llaman los locales, tiene el gusto añejo de los centros vacacionales de principios y mediados del pasado siglo XX, lo que se traduce en paseos recoletos, casonas señoriales que nos hablan de las vacaciones de las mejores familias de Chile y un gusto por lo exquisito que se refleja en sus restaurantes o en su famoso casino. Pero hay oferta para todos los gustos y bolsillos. Y después está Valparaíso, una de las ciudades más hermosas y curiosas del país. A apenas unos kilómetros, el visitante puede sumergirse en los cerros de casitas multicolores, subir y bajar en los famosos ascensores o, simplemente, recorrer las avenidas animadas del antiguo puerto colonial español.

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